top of page

Vaneza Caycho: “Los profesionales nos formamos en la sociedad para contribuir con la sociedad”

Actualizado: 29 dic 2022


 

Continuando con nuestro seguimiento a villarrealinos exitosos, Pluma Villana conversó vía zoom con Vaneza Caycho Ñuflo, egresada de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Federico Villarreal, quien es CEO & Cofounder de iFurniture, una startup que llevó a la carpintería a un siguiente nivel.

 


Por Angel Navarro

 

Una vez un reconocido físico alemán dijo que el verdadero signo de la inteligencia no es el conocimiento, sino la imaginación. Siendo una de las pocas personas con un coeficiente intelectual mayor a 130 y egresada de la Facultad Arquitectura y Urbanismo, Vaneza Caycho ha demostrado tener las dos cosas.

 

Se dice en la comunidad villarrealina que la sede más hermosa es la de arquitectura, el famoso anexo 4. ¿Cómo fue tu vida universitaria cuando recorrías esos pasadizos?


Yo lo confirmo, he visitado las otras sedes. Arquitectura fue una de las primeras facultades que se formó en anexo y tiene este encanto por el entorno en que se encuentra. Es una casona antigua que luego la construyeron como edificio. Estudiar en un ambiente de ese tipo ayuda mucho a la formación universitaria.


Siempre ha sido más tranquilo que en las sedes centrales, estábamos más alejados de la masificación de estudios, pues somos una facultad chica con pocos alumnos en comparación al campus central, por eso el ambiente era más acogedor, más tranquilo y más familiar.


A nosotros nos llegaba la información para ir a actividades y participábamos en las olimpiadas o las verbenas. He tenido la oportunidad de estar en el Consejo Estudiantil y en la Asamblea Universitaria esos cargos de liderazgo dentro de la universidad me permitieron conocer otras facultades.


En el ámbito de la interdisciplinariedad ¿Cómo afecta a los estudios el hecho de no contar con un campus?


Justamente el no poder ver todas las realidades. Todos venimos de distintos lugares con distintos pensamientos y herencias culturales. Cuando estamos en campus diferentes segregamos esta interacción y generamos pequeños núcleos que no nos permiten generar redes de contactos físicamente, pues las distancias son un factor muy importante. Por otra parte, cuando estás en un mismo espacio puedes convivir con otras facultades, con otros estudiantes, con otras perspectivas. Eso ayuda a una formación más universal, más general de conocimiento. Hoy en día las redes sociales acortan esa brecha de distancia, pero creo que el contacto humano es indispensable para la formación de un estudiante.


Luego de que egresaras. ¿Cuál fue tu siguiente paso? ¿Qué es lo que los estudiantes de arquitectura pueden encontrarse fuera de la universidad?


La elección es muy individual. La carrera de arquitectura tiene mucha amplitud en temas de empleo, posicionamiento y roles en la sociedad. Depende de la especialidad a la que tu te quieres dedicar. Paisajismo, construcción, grandes estructuras, interiores.


Algunos están en municipios trabajando en las oficinas de infraestructuras, entidades de gobierno, algunos son constructores independientes o tienen empresas. Hay muchas especializaciones. Yo me especialicé en arquitectura de madera y eso me dio la oportunidad de participar en proyectos en provincia.


¿Crees que las oportunidades se crean o son cuestión de suerte?


No creo que tengamos suerte a ese nivel o un destino. Yo tampoco creo que las oportunidades se crean, sino que se buscan. Uno va en camino a los objetivos que quiere encontrar, va buscando, va socializando, va tocando puertas, va mostrando su potencial, ¡Va mostrando la calidad de profesional que es! Todos esos factores de alguna manera te llevan a camino en la que tiene tus objetivos bien marcados.


Si no los tienes, primero tienes que ver lo que quieres hacer, cuál es tu objetivo profesional y donde quieres contribuir como profesional, pues a la final los profesionales nos formamos en la sociedad para contribuir con la sociedad. Cuando tengas ese objetivo claro vas a buscar y a llegar a esos espacios donde la mayoría de veces las puertas están abiertas, simplemente hay que llegar y entrar.


En el 2014 estudiaste en Fab Academy y en el 2022 en la Virginia Commonwealth University. ¿Qué tan importante es el inglés al momento de encontrar oportunidades?


Hasta cierto punto el inglés es una especie de obligación, puede sonar feo, pero yo lo veo como una obligación porque es un idioma que en el mundo se considera esencial para poder comunicarse entre diferentes países y culturas. Esto, vuelvo a decirlo, es algo que está dentro de los objetivos que cada uno quiere, hacia donde quiere ir y evolucionar.


El Fab Academy 2014 era un curso global que se dictaba, en esa época, vía remota, algo que no era conocido en nuestro país, además de ser en inglés. Si tu quieres ese perfil profesional, es una obligación el inglés. Cuando me gradué la comunicación entre todos los estudiantes del curso era en inglés. El taiwanés, japonés, ruso y los peruanos, hablábamos inglés. Mi inglés no era perfecto, pero ahí estaban las ganas de mejorar. Luego entré a la VCU porque vivir aquí significa tener un idioma más, no por un proyecto, sino un estilo de vida.


Adentrándonos ya en su experiencia profesional, cuéntenos un poco de los comienzos del iFurniture. ¿Cómo inició este startup y cómo se vinculó a su formación universitaria?


iFurniture nace en un laboratorio de investigación de la UNI, hice un proyecto de un mueble interactivo que tenia componentes no solamente de diseño y arquitectura, sino también de ingeniería. Ese inmobiliario fue mi proyecto de graduación, lo llevé a Barcelona y fue considerado como uno de los diez mejores proyectos de los últimos años en el mundo de la fabricación digital.


Eso representó para mi el hecho de creérmela, decir: “¡Wow!, este tipo de proyecto donde trabajas la madera de manera tradicional con la tecnología tiene mucho potencial” Aquí en Perú había que invertir y construir algo desde cero porque en Perú no existía este proyecto de la manera en que yo lo estaba pensando. Tome la decisión de crear iFurniture tocando puertas hasta que logramos entrar a StartUp Perú, a la segunda generación con un fondo de capital semilla de emprendimiento, así tener un capital.


Ahí comenzó la carrera de iFurniture como StartUp, que hasta ahora se desarrolla de esa manera. Luego creamos un Fab Lab, un laboratorio de investigación de muebles donde desarrollamos todo el tiempo y recibimos alumnos universitarios. En todo este tiempo la investigación ha estado vigente, pues esto hace que la industria de la arquitectura en madera se fortalezca, actualice y evolucione.


Tu historia con la carpintería está vinculada a un legado familiar. ¿Cómo nace en primera instancia tu gusto por el trabajo en madera?


Yo viví sobre un taller de carpintería toda mi vida. En mi inconsciente no había un momento en que me gustó, sino que ya lo tenía dentro, en mi herencia. Mi abuelo cortaba la madera, mi padre cepillaba la madera y yo recolectaba tablitas para hacer juguetes. Era carpintera desde niña.


Más que un gusto es algo que fue mi entorno, la nieta de un carpintero y la hija de un albañil. No me veía en otro lado, no me veo en otro lado. Me encanta el olor, el sonido y los colores de la madera. Por eso iFurniture tiene esa fortaleza porque entiendo el concepto de la cultura detrás de nuestro recurso natural, el lado artístico, el lado cultura y lo que representa para los carpinteros artesanales en nuestro país.


¿Por qué vincular la carpintería tradicional con la fabricación digital?


Esa pregunta jajaja, me la hicieron los jurados cuando estaba haciendo mi tesis de maestría. Mi tesis fue carpintería digital, esta en un repositorio de Chile. Al inicio era la big question que responder para sustentar, sentarte y decir los motivos, cuantificar y cualificar mi hipótesis. Me costó muchísimo entender y el “decir”, sacarlo de lo personal y llevarlo al lado de las ciencias. Primero implicó trabajar en una investigación con base en la validación de las integraciones entre nuestra herencia cultural y la tecnología que actualmente se usa.


Había que sentar las cosas y entender en que parte esas cosas hay posibilidad de integración. Lo que llamo un hibrido, una fusión entre las culturas tradicionales y las tecnologías. No tienes que quitar uno para colocar otro, sino que como sucede en otros casos, van adquiriendo nuevos roles. Una vez definidos, el resultado tiene un beneficio para la sociedad, para la tecnología, para el usuario, para la arquitectura y para la carpintería.

Esa es una respuesta media técnica que doy ahora, porque antes de la tesis decía “porque sí” o “porque no”, ahora todo tiene que tener un sustento, no puedes hacer algo porque quieres.


En tu búsqueda por nuevos conocimientos de vanguardia ¿La universidad, en aquel momento, fue un apoyo para ti?


La universidad nuestra, como tantas otras universidades del Perú, no tenía espacio de desarrollo tecnológico. La primera fue la UNI en el 2011 y hasta ahora cuesta mucho hacer entender a una universidad que esto es importante tenerlo en un espacio universitario. En nuestro caso lo tuvimos que hacer afuera porque era nuestro tiempo, ahora debería integrarse como una responsabilidad académica y que el alumno tenga estas experiencias dentro de su formación como profesional. La UNFV tiene el OSIDE, que es la oficina de integración y emprendimiento, ellos tienen un plan de hacer un Fab Lab, la idea es tenerla en un futuro.


Volviendo a la universidad. ¿Cuáles fueron tus referentes? ¿Algún arquitecto o personaje que más recuerdes?


A varios, trabajé mucho con el arquitecto Anicama, que trabajaba mucho en temas de construcción. El arquitecto Enomoto fue un gran visionario, siempre nos hablaba de una visión general de las cosas, fue un gran referente para mí. Por su descendencia japonesa tenía una manera única de ver la arquitectura y el concepto global, salir de su país y enriquecerse con todo lo que veía. Es muy cierto lo que decía: “Depende de lo que quieras hacer, es donde tu trabajas una perspectiva”. Mi enfoque siempre fue una perspectiva global, sigo trabajando en eso, aprender inglés, nuevos cursos, acepto nuevos desafíos y retos.


Bueno, Vaneza, fue un gusto conversar contigo, una destacada emprendedora que nos hace pensar en todas las posibles innovaciones que se pueden realizar con esfuerzo y constancia a pesar de las adversidades. Realmente un gusto tenerte con nosotros. ¿Algo que quieras decirle a los jóvenes arquitectos de la universidad?


Hay que tener el pensamiento de "Podemos hacerlo", hay que compartir, ayudarnos, dar la mano al prójimo, son valores que nos suman como profesionales. Hay que salir al mundo para comernos al mundo. Yo creo que el positivismo que tiene el profesional actualmente es necesario. La fuerza emprendedora es lo que hará que nuestro país salga adelante.

27 visualizaciones0 comentarios

Comments


bottom of page